Debe ser muy difícil para los seres humanos y para cualquier otro animal sobrevivir careciendo de algún órgano sensorial, en este caso específicamente, la visión.
Vivir ciego debe ser muy duro y no sé qué puede ser más doloroso o nacer ciego o quedar ciego a media vida, ya que en el segundo caso la persona vio colores, conoció la luz (el sol y las estrellas), miró atardeceres y amaneceres, la lluvia y la nieve caer.
Hoy en el siglo XXI y con el avance de la tecnología estas personas tienen la esperanza de volver a ver, en el caso del segundo grupo o de ver por vez primera, en el caso del primer grupo, si es que la ciencia provoca milagros.
La ciencia está a punto de lograr ese milagro donde tecnología y medicina se unen para un solo fin, decirle adiós a un mundo de tinieblas para los ciegos con la creación del ojo biónico.
El “ojo biónico” dispone de una minicámara, colocada sobre una lente, que captura imágenes y las envía a un procesador que puede guardarse en el bolsillo. El dispositivo transmite una señal a la unidad dentro de la retina que estimula las neuronas vivas dentro de ésta, que a su vez mandan las imágenes al cerebro.
Los invidentes por lo menos tendrán un acercamiento mínimo de la realidad con pequeños rayos de luz que el cerebro podrá reconstruir en imágenes imperfectas ya que esta invención no es del todo perfecta y naturalmente no existe ciencia alguna que supere o iguale la creación humana.
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